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¿Por qué Fructosa y No Glucosa? Entrenamiento del Sistema Digestivo

Buenas deportistas!

Llevamos varias Letters hablando del entrenamiento del sistema digestivo sobre azúcares o sobre las cantidades óptimas para conseguir el mejor rendimiento posible en la ingesta.

De hecho, en pocos días publicaremos la tercera parte del pódcast sobre”El Entrenamiento del Estómago”

Lo tendrás disponible en nuestro canal de YouTube.

Es una forma muy rápida para aprender, cómo puedes rendir más ingiriendo más cantidad de carbohidratos y conseguir menos problemas, gastrointestinales.

Y para que aprendas un poquito más, vamos a hablar de esto en la newsletter de hoy.

El metabolismo de la fructosa.

¿Sabías que la fructosa alimenta el músculo de la manera indirecta y mucho más eficiente que la glucosa?

Vamos a por ello, déjame explicarte.

El metabolismo de la fructosa es distinto al de la glucosa, ya desde el propio intestino delgado. 

Si la glucosa se absorbe mediante un transportador dependiente de sodio (SGLT-1), la fructosa lo hace mediante otro independiente de sodio denominado GLUT 5 y, por lo tanto, mediante difusión facilitada.

Tras ser absorbida, la fructosa es metabolizada en al área esplácnica, en intestino, riñones e hígado. 

Aunque el metabolismo de la fructosa es el mismo en los tejidos mencionados, en términos cuantitativos, el hígado es el órgano más importante, donde la fructosa se metaboliza con diferentes destinos u objetivos. 

La entrada de la fructosa en el hígado parece gozar de una ventaja significativa, ya que, por decirlo de una forma sencilla, es casi ilimitada. 

Y es que si bien la entrada de la glucosa está regulada por una combinación de factores, la entrada de la fructosa no está regulada, sino que simplemente se guía por la elevada afinidad de la fructoquinasa hepática.

Sabiendo esto.

Una vez la fructosa está en el hígado, cuyo pase VIP le permite “ganar” a la glucosa en este sentido, esta, va a ser metabolizada en las células hepáticas mediante un proceso denominado fructólisis y sus metabolitos se usarán, entonces, para distintos objetivos. 

Siempre dependiendo de la situación local.

 Uno de los destinos sería la resíntesis de glucógeno hepático, algo que está, precisamente, regulado por el contenido del mismo.

Esto sucederá a nivel interno, almacenando glucosa de forma ramificada en las células hepáticas que, posteriormente, regularán la glucemia (función principal del glucógeno hepático). 

El segundo destino sería la conversión a glucosa que será, posteriormente, “exportada” al torrente sanguíneo para su transporte a los tejidos periféricos (músculo, por ejemplo). 

Siguiendo con esto, desde FANTÉ creemos, la tercera vía de metabolización sería una de las más interesantes, y es la conversión a lactato que, igual que la glucosa, será transportado a los tejidos periféricos (durante el ejercicio, especialmente al músculo) mediante la sangre.

Por último, y dependiendo también de la situación local  (principalmente del contenido de glucógeno), la fructosa podría derivar en triglicéridos que, a su vez, podrían ser exportados a la sangre mediante las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). 

Dicho esto. 

Los destinos serán regulados en función de:

  • La situación local del hígado.

  • La demanda externa de los mismos, principalmente la glucemia,.

  • El ambiente hormonal.

  • La disponibilidad de fructosa.

Como es de imaginar, durante el ejercicio físico, ante un estado catabólico (de estrés) donde la prioridad número 1 es mantener una alta disponibilidad de glucosa y lactato en el músculo y, para ello, también en la sangre, la fructosa será convertida rápidamente a glucosa y lactato y estos serán exportados, de forma inmediata, al torrente sanguíneo.

Y durante la recuperación. 

Sin embargo, en otra situación fisiológica distinta, la contribución de la fructosa estará enfocada, en gran medida, a resintetizar el glucógeno hepático y “mandar” lactato y glucosa (en mucha menor cantidad comparado con el ejercicio) al músculo para el mismo objetivo (resintetizar glucógeno muscular).

Es por ello, por lo que se recomienda, y así se ha demostrado, ingerir fructosa durante el periodo post-ejercicio, en combinación con maltodextrina, para optimizar la resíntesis de glucógeno. 

Esto ocurre con nuestro recovery GLYCOGEN, ratio 2:1 carbohidratos.

Como ves, en dos situaciones distintas, la fructosa termina en diferentes destinos.

Para resumirlo todo.

Podemos entender las “indirectas” de la fructosa de la siguiente manera: 

Aunque no se utilice expresamente en el músculo, la fructosa termina generando más glucosa y lactato que es enviado directamente al músculo. 

Y por lo tanto.

Aunque de forma indirecta, la fructosa aporta sustratos energéticos de alta afinidad y eficiencia al músculo, y es así como se explica que la oxidación de hidratos de carbono aumente con una ingesta superior de fructosa mediante un gel o bebida deportiva.

Esperemos que te haya gustado esta nueva newsletter.

Y sobre todo, que hayas entendido la importancia de la fructosa en los suplementos deportivos. 

Y si todavía no lo tienes claro, no te preocupes.

En la próxima newsletter, analizamos un estudio donde se ve la mejora del rendimiento con la incorporación en fructosa en nuestra alimentación durante el ejercicio.

¡Hasta la próxima!

Equipo FANTÉ.
Dpto. Marketing y Nutrición.